jueves, 19 de noviembre de 2020

ARÁNDANOS PARA SAL

 ¡Qué especial el cuento de hoy!

   Hoy hemos viajado mucho en el tiempo y la bruja Tapita nos ha traído un álbum ilustrado que lleva gran cantidad de años haciendo las delicias de los más peques.

 

   Su autor norteamericano Robert McCloskey lo publicó en 1948, es uno de los grandes nombres de la literatura e ilustración infantil. Cuando publicó Arándanos para Sal, Robert ya había sido reconocido con la Medalla Caldecott por su álbum: ABRAN PASO A LOS PATITOS, medalla que ganó en dos ocasiones y que es concedida por la Asociación de Libreros Norteamericana al mejor ilustrador del año.

   Robert McCloskey es un autor al que se sigue recordando en EEUU con gran cariño. esta historia de patitos, ambientada en Boston, Massachusetts pronto se convirtió allí en un clásico que narrar. La escultora Nancy Schön realizó una escultura en el jardín público del centro de la ciudad que miles de niños y niñas siguen disfrutando año tras año y que tiene multitud de visitas por ser un lugar emblemático de la población.


   La historia narra la aventura de mamá pata y sus patitos  que llegan a Boston para alejarse de los peligros de los bosques, exploran los parques y estanques,  finalmente anidan en la isla de St. Charles Bridge y establecen su hogar en el parque público.

   En la familia de patitos, cada uno tiene su propia personalidad, el señor Mallard es orgulloso y responsable, la señora Mallard es puntillosa, conforme los patitos van creciendo van aprendiendo a explorar e investigar el parque donde viven. Los patitos se llaman Jack, Kack, Lack, Mack, Nack, Quack, Pack y Quack, y como indican sus nombres, son ruidosos y rebeldes.

  En los dibujos que ilustran el libro se ven reflejados los ciudadanos de Boston, en casi todas las páginas tenemos algún edificio emblemático de la ciudad. Al final del libro la señora Mallard guia a sus patitos por el corazón de Boston para encontrarse con su padre, durante este viaje son escoltados por la policia de Boston. 

   Os recomiendo buscarlo y leerlo.

   La bruja Tapita ha elegido Arándanos para Sal porque es un cuento estupendo para narrar en otoño, estación en la que nos encontramos.

   Nos ha traído para contarlo alguno de sus elementos característicos: el cubo y los arándanos.

   La historia establece un paralelismo entre Sal y su mamá y el pequeño oso y la suya, acercándonos a las travesuras de las más pequeñas y a los miedos de las mamás adultas...

   Las ilustraciones originales del autor realizadas con plumilla y un sólo color, lejos de parecer que no puedan atraer a los niños de hoy les "enganchan" desde el primer momento por su expresividad y la carga de sosiego que transmiten.

   Para narrar el cuento en el aula hemos utilizado elementos: El cubito de metal y los arándanos para escuchar el "¡CLIN, CLAN, CLUN!" cada vez que Sal los mete en el cubo.





   

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