Esta, que debió ser la última entrada del curso 2021-2022 se quedó en el tintero.
Era importante terminar el mes de junio con ella y era de justicia mostrar mi gratitud hacia tantas personas que hicieron que este fin de curso fuera para mí muy, muy emotivo y especial. Circunstancias familiares muy tristes ensombrecieron los últimos días haciéndome ver que la vida es eso, que en una misma semana se puede pasar de la emoción a la tristeza... que vivir es estar preparada para los cambios e ir gestionando emocionalmente los acontecimientos que se van sucediendo.
Quise dejar los pensamientos reposando, el verano fue intenso en viajes y experiencias y ahora, el nuevo curso no puede comenzar sin cerrar debidamente el anterior. El nuevo curso que será para mí especialmente corto y el curso anterior en el que NO SÓLAMENTE SE CERRABA UN CURSO.
Se terminaban 21 cursos en Educación Infantil en este cole de Alovera, en la que durante ese tiempo he acompañado a 7 promociones de niñas, niños y sus familias a transitar por esta maravillosa etapa de la vida ¿21? Es curioso, ese número marcado de magia ¡Destino o casualidad?
Y al terminar esos 21 cursos en mi destino actual también se ponía punto y final a muchos más, hasta llegar a 35 en total, los que mi vida docente ha estado dedicada a esta bonita tarea de SER MAESTRA.
Compartí con las familias algo que me ha encantado siempre y que la situación ocasionada por las restricciones sanitarias nos habían arrebatado pero que finalmente pudimos realizar.
Compartiendo una jornada para el recuerdo en el inmejorable paraje del Molino de Umbralejo donde hubo, charlas, risas, baños, juegos y mucha diversión.
Y llegó el día en que compartimos cada año la felicidad por los logros conseguidos, por el esfuerzo realizado y la ilusión por el cambio de curso como resultado de "lo mayores" que nos vamos haciendo con el resto de alumnado pertenecientes a nuestro ciclo educativo.
Este día lo vivimos sin familias. Los pollitos nos cantan una canción y sus profes les ponen la medalla de nuevos integrantes de las clases de pececitos además de entregarles sus mascotas.
Los pececitos también cantaron una bonita canción, recibieron sus medallas de nuevos tucanes y una niña de clase fue la encargada de entregarles la mascota que recibieron con gran ilusión.
Y llegó nuestro turno y cantamos estupendamente recibiendo las medallas de "tucanes volando a primaria"
Aquí se hubiera terminado todo cualquier otro año... Pero mis compañeras de ciclo habían preparado una sorpresa.
- Sabemos - Me dijo Gema - que la mejor y única manera en la que te gustaría despedirte del trabajo que has realizado durante tantos años es rodeada de niñas y niños, así que hoy vamos a despedirte como te mereces. -
Tengo que reconocer que me puse un poquito nerviosa... Temía un momento así, soy bastante llorona.
Mis compañeras fueron poniéndome cada medalla...
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Una amistad para siempre
Durante estos últimos días de curso, Mayte también recibió el homenaje de nuestro pueblo:
Mis alumnas de prácticas de esta promoción ¡El futuro no puede estar en mejores corazones! |
Y compartió emocionados momentos con alumnos y alumnas ya más mayores, en las graduaciones de 6º de primaria y segundo de bachillerato (No hay fotos de todos, pero sirvan como recuerdo algunas ...)
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