domingo, 7 de febrero de 2016

EDUCANDO NIÑAS Y NIÑOS AMABLES

   
 La amabilidad es una importante fortaleza personal.  La  educación y el respeto por cuanto y cuantos nos rodean es un pilar básico de la convivencia entre iguales

   ¿Por qué es importante potenciar al niño  la niña amable? Tal vez pensemos que es mejor dotarle de mecanismo de defensa, dada la naturaleza algo agresiva del probable mundo futuro en que se tendrá que desenvolver. Sin embargo, esto no es así.

   Pensemos cómo nos gusta que nos traten. Si a cada cual nos agrada que nos cuiden, nos mimen y nos den afecto, ¿por qué no vamos a educar a nuestra infancia para que haga lo mismo y sean capaces tanto de recibirlo como de darlo?

   Una caricia es un arma de poder, un gesto esencial que encierra todo un mundo de emociones de equilibrio interno y bienestar psicológico. Esta necesidad de reconocimiento, y por tanto, de hacernos visibles y amados por la sociedad, es algo que nos va a caracterizar toda la vida.
   El modo en que una persona ha recibido sus caricias y ha sido tratado a lo largo de su infancia, determinará también la forma en que las espere de los demás y las ofrezca.
   Si no las ha recibido nunca es muy posible que no sepa cómo ofrecerlas, pero su necesidad por recibirlas será sin duda muy intensa a pesar de no reconocerlo. Es algo complejo, porque las carencias en la infancia determinan muchos de nuestros aspectos en nuestra madurez.
   Ser amables y tratar de manera respetuosa nos hace nobles y fortalece nuestras cualidades, pues de alguna manera la educación que promovemos con nuestras acciones, revierte en buenos actos hacia nuestro interior. O sea, ponerle a la vida el color de una sonrisa, del respeto y de la retribución es sin lugar a dudas una gran decisión.
   Demostremos a los niños y niñas lo bonito que es ser educado con los demás. Saludar a otras personas, mostrar siempre que se pueda una sonrisa, respetar a quienes conviven en el aula, en el centro educativo, a las amistades, a familiares y docentes y enseñarle que sus emociones no tienen por qué ser escondidas, sino todo lo contrario, son bellas y dignas de tenerlas y compartirlas con quien le quiere.
   Es mucho más bonito dar que tener. Para ello es imprescindible predicar con el ejemplo. Si somos amables y actuamos con generosidad porque nos sale del alma, a los niños y niñas no se les escapará la grandeza de este comportamiento.

Fuente: La Mente es maravillosa   https://lamenteesmaravillosa.com/un-nino-amable-es-un-nino-sano/

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