jueves, 20 de diciembre de 2018

LA SONRISA DE LAURA

 
    Había una vez una niña que se llamaba Laura y hace algunos años, estudiaba en un cole parecido a este.

   Laura era una niña feliz que disfrutaba mucho en el colegio y le gustaba mucho jugar y aprender. En el recreo hacía castillos de arena, jugaba en el tobogán o se divertía inventando aventuras con sus amigos y amigas. Lo que más le gustaba hacer a Laura era pintar.

   Y así pasó a primaria y siguió aprendiendo muchas cosas de matemáticas, de animales, del cuerpo humano, del universo, de la historia de los países, de música... pero a Laura lo que más le seguía gustando era pintar. Pintaba siempre que podía y nunca dejaba de sonreír.

   Y cuando se hizo más mayor en el instituto hizo nuevos amigos y amigas con los que empezó a olvidar algunos juegos e interesarse por otros y por nuevas aventuras. Cada vez había más gente que quería a Laura y no era nada raro, su sonrisa transmitía bondad y felicidad. Pero Laura nunca dejaba de ¿Sabéis de qué? ¡Claro, de pintar! Cada día que pasaba le gustaba más y sus dibujos eran realmente bonitos.

   Llegó el momento en que Laura se tenía que ir a estudiar a la Universidad y encontró en una ciudad preciosa un sitio donde la enseñarían todo sobre el arte y la manera de convertir todos sus sueños en realidad convirtiéndose en una pintora. Pero hay que estudiar mucho para eso y Laura lo hizo durante algunos años.

   Ya sabía mucho y sus pinturas eran muy apreciadas. Laura era ya una chica mayor llena de seguridad y ganas de vivir, se sentía enormemente feliz y sonreía.

   Entonces pensó que quería enseñar a niños y niñas a cumplir su sueño como ella, a  acompañarles para creer en que "sí se puede" como esa canción de El Kanka que recordamos tantas veces en clase y quiso ser profesora.

   Pero ser profesora no es fácil, hay que encontrar un cole para dar clase y para eso Laura tenía que volver a estudiar mucho, mucho y ¡Lo hizo!

   Un día sonó el teléfono de Laura y alguien al otro lado le dijo: "Tenemos un cole para ti pero esta un poco lejos de tu casa."

   Laura sonrió más que nunca, hizo su maleta, metió todos sus colores, sus pinceles, su ilusión, su empuje mientras no dejaba de sonreír pensando en los niños y niñas que se iba a encontrar. Estaba un poquito nerviosa por la nueva aventura que emprendía pero este sí que era el sueño de los sueños y estaba a punto de cumplirse.

   Y llegó a su cole y conoció a otros profes y conoció a sus alumnos y alumnas que en seguida se enamoraron de su sonrisa y encontró una casita para vivir en un pueblecito donde se sentía inmensamente dichosa.

   Pero, sabéis que a veces en los cuentos, en las pelis, en las historias existen los malos. Y apareció uno.

   Este malo vio a Laura y quiso su sonrisa y sus manos que sabían dibujar tan bien y sus ganas de ser profe... y los malos no piden las cosas, las quieren coger por la fuerza.

   Laura le dijo que NO le daría su sonrisa, que NO le daría sus manos... pero el malo, que sabía perfectamente lo que significaba la palabra NO, era de esos malos que existen que cuando la dice una chica no la comprenden, no le dan valor. Ellos cogen lo que quieren y punto.

   Y Laura dijo que NO mil veces, y ya no sonreía estaba enfadada y también tenía miedo...






¡NO!






   Y cuando se quedó sin fuerzas para decirlo más, aquel malo le quitó la sonrisa a Laura.

    Y ahora ha desaparecido pero yo estoy segura que si ve allí donde esté, a niños y niñas como vosotras que disfrutáis de sus pinturas, que decoráis   sus dibujos y creyendo en que SÍ que podéis, que podéis ser quien os de la gana de ser. Si sabe que todos los niños han llegado a comprender que el NO de una niña significa lo mismo que el NO de un niño, lo diga donde lo diga, tenga la edad que tenga, sea la hora que sea... Laura recuperará su sonrisa.




 
   Hoy hemos vivido un momento intenso mis pequeños soñadores de un mundo Ubuntu y yo.

   Así es más o menos como hemos contado la historia. Sin los matices desgarradores, profundamente crueles que se nos han clavado con tanto dolor en el alma.

   Los niños y niñas no deben conocer lo que ni siquiera los adultos llegamos a comprender pero no es malo intentar acercarles aquello que está en el pensamiento de todos estos día y que sin duda lo oyen de una u otra manera.

    Creo que no todos los cuentos tienen que tener final feliz, la vida a veces no lo es; y no es bueno dejar a los niños y niñas al margen de la vida.

   Pero sí quería dar a la historia un final esperanzador, porque se lo merecen, porque se merecen creer en que el mundo será más justo porque serán ellos y el as los que lo vayan consiguiendo, los que lo hagan. De ahí nuestra responsabilidad como educadoras de que sepan cuales son las injusticias y como hacer que desaparezcan.

   Este es el por qué de nuestra felicitación de Navidad en la que hemos hecho un homenaje a Laura Luelmo, a su sonrisa y a sus ganas de vivir.



   La idea de hacer esta actividad parte @lorena_solynubes una compañera que sigo en Instagram y que había realizado estas felicitaciones y que a su vez cuenta que sacó la idea de @maestramotivada que también lo hizo con sus peques. Gracias a las dos.
   

2 comentarios:

  1. Gracias Maite, siempre que leo las actividades que realizas con tus peques me haces recordar todo por lo que me hice maestra. Qué suerte tenemos, niñ@s y profes, de tener cerca a tan buena profesional.
    Un beso fuerte y sigue haciendo hasta de lo mas triste algo bonito y esperanzador.

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  2. Gracias, Nuria!
    La felicidad por tener personas cerca que inspiran y contagian energia positiva es lo que yo siento también hacia ti.
    ¡Feliz Navidad!

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