Vista de la escuela de Ablanque desde el río |
En el año 1987 yo estaba en la escuela de Ablanque en Guadalajara, ese edificio blanco que se ve separado del pueblo, con 8 niños y niñas de Educación infantil a 8º de EGB que así se llamaba entonces.
La escuela constaba de dos aulas que habían sido construidas para albergar una la clase de niños y otra la de niñas como en tantos y tantos colegios. En ese año ya sólo estaba en funcionamiento una de las aulas. Yo vivía justo encima de la escuela en "La casa de la maestra" .
Puente romano sobre el Abanquejo |
En el pueblo hay algunos restos romanos entre los que se encuentra este puente sobre el río.
Es un lugar realmente bonito y en el que en los últimos años se han construido algunas casas rurales ideales para pasar unos días de vacaciones.
En invierno hace mucho frío como en todos esos pueblos de la zona y en la escuela había la tradicional estufa de leña que había que encender cada mañana.
Ejemplar del libro encontrado en la leñera |
De la leñera "rescaté" este libro que estaba allí tirado entre otros libros viejos y que me hizo ilusión encontrar: EDUCACIÓN DE PÁRVULOS de Aurora Medina, insigne pedagoga, reconocida por los especialistas como figura indiscutible y relevante de la educación preescolar en el siglo XX en España,
Lo conservo como una pequeña joya.
“En España, escribe Mª Dolores Olaya Villar, las inquietudes por la mejora de la educación preescolar se personalizan en la figura de Aurora Medina”. Durante toda su ingente labor profesional dedicó especial atención a la Educación y Enseñanza de Preescolar e Infantil, campo en que destacó por su gran conocimiento, entrega y vocación, resaltando la gran importancia que tiene la educación y la enseñanza durante los 7 primeros años en la vida del hombre (ciclo de la vida: etapa maternal y preescolar) e impulsando, con exquisita finura y sensibilidad, los más altos valores para la Protección de los Derechos y la Educación de los niños. Reconocida nacional e internacionalmente como una de las mejores especialistas en Educación Infantil, todos sus grandes méritos fueron oficialmente reconocidos con la concesión, el 28 de noviembre de 1968, de la Encomienda de Alfonso X el Sabio y con la Banda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio en enero de 1980.
Hoy recuerdo aquella primavera de 1987 con una sonrisa en el alma, las salidas por el campo muchas tardes, cuando además, se unían a nuestras marchas chicos y chicas que ya estaban estudiando fuera en Molina de Aragón o Guadalajara, paseos por los huertos o por los pinares, o por la orilla del río.
Paseando por los pinares |
Comiendo en la ermita |
juegos en la ermita |
Subida a la Cueva de los casares |
La siestecita en el merendero |
Por la tarde comenzó una tremenda tormenta, imposible regresar a Ablanque andando por la pista como habíamos previsto... Apareció el hombre que nos había enseñado la cueva con su tractor y su remolque en el que todos nos montamos. "¡Ya sabía yo que se iban a mojar, señorita!" dijo y yo no le pude estar más agradecida. Desde la Riba llamé al pueblo y vinieron a buscarnos en dos Land Rover. Los niños diciendo que nunca habían pasado un día tan divertido y yo algo agobiada por la situación. Al llegar me invitaron a cenar en casa de unos alumnos para agradecerme lo bien que lo habían pasado los niños.
Aquella primavera que como digo se unían a nosotros chicos y chicas que ya no estaban en la escuela y que habían regresado ya al pueblo al tener las vacaciones antes utilizamos en más de una ocasión la escuela para organizar cenas, poniendo la barbacoa en la calle y poniéndo música pasábamos un buen rato, muy buen rato.
Aquella primavera que como digo se unían a nosotros chicos y chicas que ya no estaban en la escuela y que habían regresado ya al pueblo al tener las vacaciones antes utilizamos en más de una ocasión la escuela para organizar cenas, poniendo la barbacoa en la calle y poniéndo música pasábamos un buen rato, muy buen rato.
comiendo ricas chuletillas |
Entrada de la escuela junio 1987 |
Ablanque, un lugar en el que recibí mucho cariño y del que guardo maravillosos recuerdos, en el que en clase eramos como una familia y en el que ese año fue el último año en que se encendió su estufa, se abrieron los libros en clase, se cantaron canciones, se contaron historias, se aprendieron lecciones de los libros y de la vida, se convivió dentro y fuera del aula... porque en ese verano de 1987 tres niños miembros de una misma familia se marcharon del pueblo y la escuela, al quedarse sin alumnos suficientes cerró sus puertas para siempre.
En el verano del 2014 volví a visitar el pueblo. Está precioso, las calles empedradas, muchas casas renovadas y reconstruidas, realmente todo muy, muy bonito...pero la escuela abandonada y destrozada.
Entrada de la escuela Julio 2014 |
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