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Imagen: Joan Turu |
Niños y niñas que en este año cumplen o han cumplido tres años se
enfrentan este septiembre al comienzo de su escolarización.
La actitud llena de interrogantes por parte de familias, niños y niñas,
gradualmente se convertirá en una situación normalizada, siempre que pase el
tiempo indicado para que cada cual viva la experiencia del acogimiento y se acompañe
emocionalmente su ritmo para adaptarse.
Esto sólo puede
ocurrir desde el profundo respeto a los procesos madurativos y a cómo cada
individuo desarrolla este proceso de adaptación. Cada niño y niña es diferente
y sus necesidades también lo son. Las realidades, las expectativas y las
necesidades de cada familia son diferentes.
La adaptación de cada cual es única y singular y por esta razón no
podemos plantearnos este periodo como algo único y acabado que ya hemos
realizado en otras ocasiones Cada vez que nos enfrentamos a un nuevo grupo y a
su "periodo de adaptación" este será "otro", será un tiempo
nuevo para aprender .
Para poder ajustar con acierto nuestra
intervención debemos observar muy bien a esos niños y niñas que llegan a
nuestro espacio, nuevo y desconocido para ellos, que les puede crear
inseguridad, intranquilidad, nerviosismo. Debemos estar atentas a cada gesto,
expresión o palabra que nos pueda dar pistas de cómo actuar en cada caso y
darles el tiempo y el clima para que se comporten con autenticidad y confíen en
nosotras. El periodo de adaptación es una fase más en el proceso que ayuda
a conocerse a sí mismo, a crecer y enriquecerse con las experiencias que ese
momento concreto de la vida le ofrece. y no debe verse como una traba, como un
obstáculo a superar.
La paciencia en este periodo de tiempo es fundamental por parte de
todas las personas implicadas: habrá quienes necesiten medio curso para
encontrarse realmente con seguridad y confianza, habrá quien en seguida
establezca vínculos afectivos con personas adultas o con sus iguales, habrá
quien en los primeros días venga feliz y le venga más adelante la ansiedad y
los llantos, habrá quien no quiera separarse de "sus cosas", habrá
quién se muestre de manera agresiva ante el temor a lo desconocido, habrá quien
se encuentre más o menos con tranquilidad y confianza en el aula pero sienta
que pierde el control en el patio,
habrá... ¡Tantas maneras diferentes!
A continuación, podéis
encontrar algún enlace con álbumes ilustrados que pueden ayudaros a las
familias en este proceso. Los cuentos siempre son un buen recurso en el
acompañamiento emocional.
¡FELIZ NUEVO CURSO!
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