viernes, 23 de diciembre de 2022

YO NUNCA SOÑÉ SER MAESTRA...

 

   Así es, yo nunca soñé ser maestra, yo no fui una niña que jugaba con sus muñecos a dar clase, que los colocaba como en un aula, que imitaba los comportamientos de las profes que tuviera en ese momento... Al menos, no guardo el más mínimo recuerdo de algo así. De otros juegos, sí.

   Tampoco cuando iba creciendo se me pasaba por la cabeza que me gustaría pasar mi vida en un aula, que sería algo bonito dedicar mi vida a acompañar a niños y niñas en un tramo tan importante de la vida como es la primera infancia.

   No lo soñé, no lo imaginé, pero así ocurrió.

   Cuando terminé COU y la selectividad le dije a mi madre que quería estudiar psicología, carrera que no podía cursar en la ciudad en la que vivíamos. Éramos seis, yo, la cuarta en orden cronológico y la única mujer: Estudiaría algo sencillito cerca de casa, aún quedaban otros dos a los que "dar carrera".

    Estoy absolutamente convencida de que al magisterio en aquella época llegamos, como yo, muchas porque era lo que estaba más cerca y estaba bien para una chica.

   Hace algunos años  me  solicitaron que hablara en representación de las familias en la graduación  de bachillerato de mi segunda hija. recuerdo que les dije algo así como: "...no es tan importante empezar amando lo que uno cree que va a ser su vida profesional ,como conseguir amar lo que uno llega a  realizar por fin, en su vida..."

   Fui sincera, en mi caso fue así, aunque reconozco que es un pensamiento de coach de Instagram de esos que te dicen que alcanzar la felicidad es sólo un problema tuyo, que hay que buscar la alegría en todo lo que te viene en la vida y demás... Las situaciones no son fáciles para muchas personas, el trabajo que consiguen no era el de sus sueños, ni lo será nunca. En ese momento yo hablaba únicamente de mi experiencia personal.

   Comencé mi formación en la Escuela de mi magisterio, más emocionada por lo que conlleva la vida universitaria que por la carrera en sí y gracias a docentes como Don Antonio Luceño, catedrático de psicología o Irene Morán profesora de pedagogía y didáctica empezó a engancharme todo lo que rodea la primera infancia. En la Universidad de Extremadura, donde estudié, el año que comencé se impartía por primera vez la especialidad de la llamada entonces: Educación preescolar. 

   Desde las instituciones se había llegado a la conclusión de que se necesitaban profesionales especialistas en estos primeros años de la vida ¡En qué buen momento llegué! ¡Se empezaba a tomar en serio algo tan importante!



   Mi compañera de carrera María Eugenia Fernández de la Rúa me animó  a realizar las prácticas con ella en el que había sido su colegio, yo no tenía ningún colegio de referencia al que ir en Cáceres, de manera que acepté su sugerencia.

   Allí conocí a Bienve, aquella profe que me enseñó lo bonito que es llevar ilusión y amor al aula cada día e hizo que me "enganchara" mucho más. Esta primera experiencia mereció una entrada hace tiempo en el blog:

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      Y al terminar magisterio comencé a buscar como formarme más, como saber más... y ahí se inició lo que nunca pararía: ¿Cómo puedo dar lo mejor cada jornada a los niños y niñas que tenga en mi aula?

   Tego especial cariño a como empecé, con un curso en la Asociación Montessori España , el amor y respeto por la infancia que allí se respiraba... Dejo una pequeña muestra que he escaneado de algunos de los cursos porque este blog quizás un día también sea una fuente de recuerdos para mí misma 😀


   Especialmente me marcaron en mi carrera la formación definitiva tras tantos cursos de menor duración con José Antonio Fernández Bravo ¡Cuánto amor, cordura y rigor aprendí de él! ¡Con cuánto buen humor y a la vez sensibilidad se puede enseñar!

   Qué gran honor además de aprender de él hacerlo del profesor Santos Guerra o de Elsa Punset.


   Más tarde vendrían los de Programación Neurolingüistica PNL que marcaron un punto de inflexión en mi vida profesional y personal. No obstante, el título de MAESTRA COACH tiene una "marca" el el lateral superior izquierdo que me trae a la mente una tabla rota y con ella tantas cosas que me guardo para mí  ¡Gracias Carlos Pallero, Senador, Virginia, Nekane... por tanto!



      Además de cursos:

   No quiero dejar de mencionar aquella primera exposición en Madrid, recién terminada la carrera, la primera exposición procedente de la realización del Proyecto Infancia llevado a cabo por el pedagogo italiano Loris Malaguzzi con sus colaboradores más próximos, basada en la experiencia de las escuelas de educación infantil del Ayuntamiento de Regio Emilia.

    Se titulaba “L’occhio salta il muro”. Su objetivo era mostrar que la educación de la primera infancia, mediante la metáfora del ojo, para ser eficaz, tenía que saltarse los muros del conformismo, el aburrimiento y el tedio, basados en una pedagogía retórica, pasiva e ineficaz. Su pedagogía significa el rechazo a las programaciones educativas que implican prever de antemano, de forma rígida, lo que tiene que ocurrir en la enseñanza.

   La idea básica de la pedagogía de Loris Malaguzzi parte de que educar significa optimismo, surgido de la convicción profunda de la potencialidades y creatividad del ser humano, que en el caso de la infancia es ilimitada y, si hay un límite, éste se encuentra en la persona que mira al niño, no en el niño.

   ¡Ay, Loris Malaguzzi y las escuelas de Regio Emilia! ¡Yo quería acompañar así a las niñas y niños!


   Años más tarde, en Barcelona volvería a disfrutar de un congreso en la escuela de Rosa Sensat dónde se exponían nuevas experiencias de estas escuelas. Algo que sí soñé durante mucho tiempo fue visitar Regio Emilia de manera profesional.


   En Barcelona ese año junto a mi buena amiga Carmen Moya tuvimos también una experiencia para el recuerdo, nos quedamos maravilladas ante la sabiduría y el amor que desbordaba Marta Mata, una de las fundadoras de la escuela de Rosa Sensat, gran maestra y pedagoga impulsora con los primeros grupos de maestras y maestros implicados en el movimiento de renovación pedagógica que impulsó la formación española durante la Segunda República. Sería una de sus últimas charlas antes de fallecer, nos marcó para siempre.


   Cuanto más he leído y aprendido más he admirado a tantas maestras y maestros de la Segunda República. La Institución Libre de Enseñanza, Las misiones pedagógicas, las buenas y innovadoras metodologías que instauraron. Con unos principios pedagógicos admirables. Muchas veces he pensado que si no hubiera habido en nuestro país la barbarie de una guerra sangrienta entre compatriotas España sería un referente en cuanto a Educación hoy día.

    “No cabe promover el desarrollo de la inteligencia sin el de nuestras restantes facultades”, dice Giner; “El ejercicio físico, mejora las condiciones de una raza empobrecida; el dibujo  despierta maravillosamente el espíritu de observación y el amor a la Naturaleza y al arte; el canto inicia el sentido estético en la esfera más propia y familiar al niño; los ejercicios y juegos manuales,  lo educan para el aprendizaje técnico y dan rienda suelta a la tendencia plástica y creadora de la fantasía” 
                                                        Francisco Giner de los Ríos

Poema que dedicó Antonio Machado al maestro

    No puedo dejar aquí de nombrar a Emilia Ferreiro y Ana Teberosky, con ellas aprendí l
o que significaba el aprendizaje de la lectura y la escritura en la infancia podríamos decir que fue para mí un “enamoramiento” que se construyó a través de sus libros y reflexiones.

Esa fascinación por el proceso, por el respeto a la individualidad, a la necesidad de descubrimiento por uno mismo… ha estado conmigo hasta hoy y me ha ayudado a acompañar a muchas infancias en el proceso de adquisición de la lectura y la escritura, intentando como ellas decían no hacerles nunca perder la confianza en su propia capacidad de pensar.

“Leer no es descifrar. Escribir no es copiar. La adquisición de la escritura no es una técnica, es una herramienta cultural y social.”



   Me vienen tantas cosas a la cabeza al recordar que no soy capaz de poner orden, tantas cosas que no olvido: encuentros y congresos de los que te llevas aprendizajes y también momentos compartidos con maestras que también buscan el conocimiento y con las que compartes entusiasmo y estilos de enseñanza: Barcelona, Sevilla, Jaén, Madrid, Valencia...


   Y sin más historias, sí, yo nunca soñé ser maestra de niña, pero miro atrás mi vida y no me veo siendo otra cosa. Soy incapaz de imaginar mi trayectoria profesional sin estar acompañada por la magia de la infancia, en el aula, en un aula de Educación Infantil hasta el último día.

   Una inspectora de Educación, su nombre ni siquiera importa, hace ya tiempo, en su interés por formar equipo directivo e intentando que fuera yo la que asumiera esa misión me dijo:

   "Con el tiempo que llevas ya como maestra de infantil ¿No quieres aspirar a más?"

   Me resultó tan triste que desde su posición educativa ignorara de manera tan profunda lo que significa acompañar a niños y niñas de 3 a 6 años:" ¿A más? Ese desconocimiento tuyo y de tantas personas dentro y fuera de la institución educativa me dan aún más fuerza para seguir cada día intentando dar sentido y valor a esta etapa."

   Somos muchas, simples maestras de infantil, compañeras a las que quiero y admiro y tantas que no conozco personalmente que no queremos aspirar a más porque lo tenemos TODO, cada nuevo día cuando llegamos al aula y nos espera un día siempre diferente y cargado de retos.

   Como dice mi admirado Francesco Tonucci, que no había nombrado hoy y al que también tuve oportunidad de escuchar y poder disfrutar de su sabiduría en directo en algunas ocasiones: 

"Sólo las buenas maestras y maestros podrán salvar la escuela."

   Por encima de cambios de leyes, de inspectoras educativas, de recortes, de colegas desmotivados...

   Yo nunca soñé ser maestra, lo fui y doy gracias a mi madre por ello.

   


2 comentarios:

  1. Que bonito Mayte!! Me has emocionado mucho. Cuántas maestras hacen falta en los coles como Carmen y como tú. Que suerte he tenido de haberos conocido. Te deseo todo lo mejor en esta nueva etapa que ahora comienzas. Un abrazo. Bea

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    1. ¡Mil gracias, Bea! ¡Somos tantas como tú como nosotras enamoradas del latir de las aulas de Infantl! Un beso enorme.

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