“¿Y tú, por qué no trabajas, Frederick?”, le preguntaban los demás.
“Yo trabajo”, les respondía Frederick.
“Recojo rayos de sol para los días fríos del invierno.”
Una familia de ratones recoge provisiones y todos
trabajan, excepto Frederick, que aparentemente no
hace nada. Pero él también se aprovisiona: rayos de
sol, colores, palabras...
Cuando llega el invierno,
comprueban que su labor poética había sido
imprescindible para que los ratones pasen mejor la
crudeza de la estación invernal.
Así, en este cuento,
Frederick es aceptado como es.
Leo Lionni es uno de los pioneros del moderno
álbum ilustrado. Uno de los temas del cuento es la
individualidad, el descubrimiento y la aceptación de
la propia identidad. Frederick es poeta y demuestra
que, a su manera, también hace una aportación al
colectivo. Así se nos presenta al artista no como un
ser automarginado, sino como alguien necesario
para los demás.

El autor nos transmite la importancia de la libertad
individual: los lectores se sienten amparados, pues
saben que los ratones respetarán la individualidad
de Frederick. Es como si les dijese que hay que ser
lo que uno desea y serlo sin temor, puesto que los
demás lo podrán entender.
En nuestra clase de pequeños soñadores de un mundo Ubuntu también tenemos "algunos Fredericks", no a todos nos tienen que gustar las mismas cosas, ni mostramos interés por los mismos juegos, pero todos y tosas debemos respetarnos y aprender a valorar lo que cada cual aporta de positivo al grupo y entre todos complementarnos.
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